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18 diciembre 2022

Cuentos de Navidad

Rubén Expósito
Rubén Gutiérrez Reyes, gana el III Concurso de Cuentos con Gracia "OnLine" con el cuento titulado El poder de la amistad en Navidad.

Érase una vez, en un pueblecito pequeño, donde todo el mundo se conocía. Vivía un niño llamado Javier. Este niño tenía una familia que lo quería mucho y lo ayudaba en todo. También estaba rodeado de un gran número de amigos y amigas, con las que tenía una gran relación de amistad. Se acercaban las fechas en las que Javier disfrutaba más: la Navidad. El niño siempre lo celebraba rodeado de toda su familia, y por supuesto, con todos sus amigos y amigas.

Un mes antes del día de Navidad, los padres de Javier lo sentaron en el sofá para darle la peor de las noticias: se tenían que mudar a otro pueblo, y no podrían celebrar este año la Navidad con su familia y sus amigos y amigas. Javier se puso muy triste, y se resistía a irse. Se enfadó mucho con sus padres y no les dejó terminar de hablar. Fue a su cuarto, cerró la puerta y se puso a llorar. No quería hablar con nadie, y empezó a pensar que la Navidad iba a ser la peor época del año para él.

Dejó de lado a sus amigos y no quería hablar con ellos, incluso apagó su teléfono móvil para que no pudieran mandarle WhatsApp ni llamarlo. Así pasaron dos o tres días, y Javier seguía enfadado con sus padres porque no quería irse en estos días. Una mañana, cuando se despertó, vio un sobre que le habían mandado por debajo de la puerta. ¡Se levantó dando un salto! Y lo cogió rápidamente. Lo abrió, y dentro vio una nota que ponía:

-Te esperamos a las 17:30 en la plaza del pueblo. El niño no sabía de quien era esa nota, pero le pudo tanto la curiosidad, que a las 17:30 se dirigió hacia la plaza. Cuando iba llegando, empezó a ver un montón de lucecitas de colores, adornos navideños, y un gran árbol de Navidad. Había un olor a chocolate y golosinas… A Javier le cambió la cara. No sabía lo que estaba pasando: ¡Se había adelantado el día de Navidad! Y mayor fue su sorpresa, cuando detrás del árbol, vio salir a toda su familia y todos sus amigos y amigas.

El niño comenzó a llorar de felicidad, y comprendió que el poder de la Navidad es capaz de juntar a todas las personas que se quieren, aunque no puedan estar juntos.

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