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14 marzo 2020

Entrevista a D. Antonio José Campos Martínez, Pregonero en el VI Pregón de la Juventud Cofrade

Antonio J
El pasado día 15 de agosto, día en el que se celebra la Asunción de la Virgen María, el Grupo Joven de la Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestra Señora de Gracia comunicaba a la Junta de Gobierno la noticia de que D. Antonio José Campos Martínez había sido designado para decir el VI Pregón de la Juventud Cofrade.

Por segundo año consecutivo, tal honor recae en una persona “ajena” a la Hermandad, que no a la Semana Santa ubetense, pues Antonio José, siendo una persona joven, tiene mucho recorrido en el mundo cofrade. También es el Director del Secretariado para la coordinación de movimientos y grupos de apostolado seglar de la Diócesis de Jaén; sin duda una gran apuesta.

- Buenas tardes Antonio José. Una noticia de este calado, siempre se recibe con sorpresa y según dicen los que han tenido la experiencia, surgen pensamientos contradictorios. ¿Tú qué pensaste en ese momento?

Buenas tardes, Antonio. Pensé que… ¡menuda encerrona! (risas) Ya en serio, en ese momento la mente se bloquea y habla directamente el corazón, son un cúmulo de emociones y sensaciones encontradas. Una enorme responsabilidad donde pesan tiempo y limitaciones, un reto de categoría mayúscula –especialmente por el altísimo nivel de mis predecesores-, pero sobre todo una alegría desbordante, un agradecimiento sincero. Es un regalo que no merezco pero que acojo con inmensa ilusión y ganas. ¡Vamos a ello!

- Sin duda una gran responsabilidad y un momento que difícilmente olvidarás. A grandes rasgos ¿Cómo va a ser tu pregón?

El pregón ha desempolvado en mi memoria muchos recuerdos que la rutina y la inmediatez tenían arrinconados. Va a ser el pregón de un joven cofrade hablando a otros jóvenes cofrades. Desde mi experiencia, claro. Lo demás, invito a todos a descubrirlo esa noche del 20 de marzo en el Ideal Cinema.

- ¿Qué supone para ti ser la voz de los jóvenes cofrades en ese momento?

Supone una responsabilidad y una oportunidad. Admiro la riqueza y diversidad de la juventud cofrade, intentaré hablar con mi pregón para todos. Sobre todo, y en lo más estrictamente personal, es como decía antes un regalo al que solo puedo decir con alegría: ¡gracias! La idea del Pregón Joven ya es una maravillosa iniciativa por sí misma y viene a ocupar un espacio fundamental en nuestras vísperas, da respuesta a las necesidades de los jóvenes cofrades. La apuesta por ello del Grupo Joven “Jóvenes con Gracia” es digna de admiración.

- Seguro que saldrán a flote tus sentimientos y las vivencias en tus hermandades que, curiosamente representan a Jesús en un trance de muerte ¿Qué significa para ti?

Significan los momentos más íntimos y profundos de mi particular y personal Semana Santa, de mi ser cofrade. Los que me dan sentido. El hecho determinante de la Pasión es la Muerte. Todo el relato descansa en esta idea central: se entregó hasta dar la vida. No podía ser una muerte simplemente, por eso la “riqueza” de todo el conjunto de la Pasión, pero todo el sufrimiento tenía que acabar necesariamente en la Muerte en Cruz, en el Sepulcro. Es aquí donde todo se abre al sentido pleno y final de la Resurrección. Acompañar a Jesús con mi oración y penitencia en el trance de sus momentos finales es un privilegio.

- ¿Cómo llegas hasta ellas?

Llego, caprichosamente como a veces se va escribiendo la vida, de la mano de amigos que me guiaron a ellas. Llego porque Él lo ha querido así, sabiendo dar forma y respuesta a mis deseos.

- El Pregón aunque es un pregón para jóvenes y por los jóvenes, tendrás a muchos mayores delante que escucharán lo que tengas que decir ¿Qué les recomendarías respecto a la integración de los jóvenes en nuestras hermandades?

Les recomendaría que los escuchen, que los enseñen, que los acojan, que los respeten, que los valoren, que los apoyen. Que les den oportunidades y no les corten las alas. Los jóvenes son el futuro de nuestras cofradías, pero es que además son muy capaces y enriquecen la vida de la cofradía de una manera luminosa.

- En tu opinión ¿Qué crees que aportan los jóvenes al mundo cofrade?

Demasiadas cosas buenas. Ilusión, frescura, dinamismo. Renovación y fuerza. Ideas nuevas, trabajo, compromiso. Testimonio.

- Siendo hombre de Iglesia ¿Qué se podría hacer desde las cofradías para que los jóvenes participaran más en la vida de ésta?

Darles el lugar que merecen y necesitan. Abrir las cofradías a ellos para que jueguen en las mismas el papel que les corresponde, saber adaptar el funcionamiento interno de la hermandad a las nuevas necesidades y ser constantes en la apuesta. Aunque yo creo que lo más importante es no dejarlo todo tanto en nuestras propias fuerzas y recursos y confiar más en la acción de Dios, que actúa realmente y llega donde nosotros no podemos llegar por nuestros medios. Las cofradías tienen el mejor producto para ofrecer a los jóvenes: el Evangelio. Cofradías donde el Señor y su Evangelio ocupan el lugar central se convierten en cofradías atractivas que interesan a los jóvenes y donde ellos quieren estar. Esto no significa ser inmovilista y no hacer nada, pero sí significa confiar más en la Divina providencia y menos en el voluntarismo de nuestras propias fuerzas. Vivir la fe en la cofradía, significa indisolublemente vivir la fe en la Iglesia, dentro de ella. Las cofradías no se pueden abstraer de su sentido eclesial. Un joven comprometido con la cofradía es un joven activo y comprometido con y en la Iglesia. A partir de aquí, y desde estas actitudes, nuestras hermandades deben servir de puente para enriquecer e integrar la vida de fe de nuestros jóvenes, desde el amor y el servicio a la iglesia, empezando por la parroquia. Nuestras cofradías deben ser agentes dinámicos y comprometidos con la vida de la comunidad parroquial.

- ¿Crees que se confunde el término Semana Santa (procesión, banda, costaleros…) con lo que realmente significa o debe significar la Semana Santa para el pueblo de Dios?

Posiblemente, en algunos casos. No quiero entrar en análisis profundos, para los que tampoco estoy capacitado, pero parece evidente que la Semana Santa como concepto global trasciende lo estrictamente religioso para enriquecerlo con múltiples matices. Y esto es bueno y necesario, y además nos gusta. De lo contrario nos limitaríamos a vivir el Triduo Pascual en los templos únicamente. ¿Significa esto que estemos autorizados para vaciar la Semana Santa del imprescindible hecho religioso que le da genuino sentido y trascendencia? Evidentemente no, porque además todo lo que se vacía se queda hueco… y alimenta poco más allá del envoltorio, pronto pierde el interés. La gran fuerza del lenguaje de la Semana Santa radica en el mensaje que anuncia y comunica. Creo que en este sentido los cofrades tenemos que jugar un papel fundamental. Sabiendo priorizar lo realmente importante desde nuestro testimonio. Cuidar lo externo y saber vivir y disfrutar los elementos que integran la Semana Santa (culturales, familiares, sociales, gastronómicos, artísticos, estéticos) es importante y necesario, pero dándole el sentido definitivo de la fe que determina lo que somos, hacemos y vivimos.

- Cambiamos de tercio. Úbeda, sus cofradías. ¿Cómo las ves? ¿Hay buena salud?

No tengo datos estadísticos en los que apoyar un análisis concienzudo. Y hablaré en términos generales, aunque ya se sabe que generalizar no es bueno y puede haber excepciones. Creo que el estado general de nuestras cofradías es realmente bueno: así lo demuestra el hecho objetivo de la mejora y enriquecimiento constantes de nuestra Semana Santa (en actividades, proyectos, patrimonio, etc)… sin ir más lejos el año próximo un nuevo paso, si Dios quiere, aumentará la nómina de nuestra Semana Santa. Y si la situación fuera mala eso no se podría dar. Además, la fortaleza y el desarrollo que demuestran nuestros grupos jóvenes nos aportan razones de sincero optimismo. Pero si descendemos a lo estrictamente humano, parece evidente que algo chirría: bajada generalizada de guiones, descenso o estancamiento en bandas, dificultades para conformar cuadrillas de costaleros, complicaciones para completar ternas y juntas directivas. Todo ello en un entorno cada vez más secularizado que juega en nuestra contra. Parece que en auge, en la “cresta de la ola”, no estamos. No es motivo para el pesimismo ni el alarmismo, pero sí para estar atentos y no pecar de conformismo ni triunfalismo. Es tiempo para poner especial énfasis en todas las iniciativas que se ponen en marcha, intentando garantizar su supervivencia a medio plazo. Es tiempo para pensar y priorizar en el factor humano, en las personas, en los cofrades. Ahí es donde las cofradías tienen que apostar y tienen que crecer.

- Últimamente se están haciendo cambios en nuestras cofradías que tocan de lleno la manera de procesionar de nuestros pasos e incluso esto conlleva en algunos casos cambio de itinerarios, en mi opinión sin saber con claridad qué se busca ¿Se le está dando más importancia al continente que al contenido?

Yo defiendo los cambios, y creo que hay derecho a ello, al menos a plantearlos, y que a veces pueden ser necesarios y convenientes. Las cofradías son entes vivos. Lo realmente importante y donde a mi juicio, nos la jugamos, es en el hecho de si sabemos dar respuesta a la pregunta de dónde venimos y a dónde vamos. Los cambios se tiene que realizar recomendablemente con un sentido, fruto de un análisis exhaustivo y de un consenso previos; valorando, al menos, como decía anteriormente el medio plazo (ajenos al deseo o voluntad del momento). Aquí conviene determinar si todo en la vida de la cofradía es susceptible de cambio y si hay distintas “jerarquías de cambios”. Yo creo que hay elementos no susceptibles de modificación: son los que determinan la idiosincrasia propia de cada cofradía –lo que la caracteriza y singulariza- y su contribución necesaria y genuina al bloque de la Semana Santa de Úbeda. Eso se puede enriquecer pero cambiar drásticamente dejaría sin alma a la propia cofradía. A partir de ahí, puede haber otros aspectos o realidades susceptibles de alteración, va en el deseo y juicio de cada hermandad (aunque creo que es bueno valorar siempre el impacto en el conjunto de la Semana Santa, y aquí juega un papel importante la Unión de Cofradías). ¿Cuáles son esos elementos que determinan la idiosincrasia de la cofradía? Aquí habría que hacer un ejercicio de discernimiento caso por caso, pero yo creo que en ese sentido jugamos con ventaja (sobre todo las corporaciones más antiguas): el tiempo y la propia historia, la evolución de la misma cofradía (por extensión, la Semana Santa) ya han jugado ese papel de discernir… solo habría que estar atentos y generosos para saber leerlo.

- Una señal de identidad de nuestra Semana Santa es la Procesión General. Tú perteneces a la cofradía que por tradición le da sentido a la misma ¿Cómo ves el futuro de ésta? ¿Crees que los cambios a los que hacíamos referencia anteriormente pueden llegar a afectar de tal manera a la misma, que puedan hacerla desaparecer?

La Procesión General tiene suficiente entidad propia como para garantizar su supervivencia, más allá del eterno debate, en el modelo actual de Semana Santa. Si todo sigue así, seguirá habiendo General. Con más o menos problemas, pero seguirá habiendo General. Es una voluntad, de un pueblo, que trasciende a las propias voluntades particulares de las cofradías que las conforman (aunque aquí juegue un papel significativo y necesario el Santo Entierro). Otra cosa es si cambiara el paradigma y estructura de Semana Santa global en nuestra ciudad, pero es un hecho en mi opinión poco probable, y que no implicaría necesariamente el final de la General. A partir de aquí, no podemos caer en el conformismo y la inercia y emprender acciones para el fortalecimiento de la General, apostar con ilusión y convicción por ella, hacer pedagogía constante recordando su incalculable valor como el momento culmen de nuestra Semana Santa y uno de los elementos que la caracterizan más genuinamente. Los propios cofrades tenemos que valorarla en su total dimensión y darle oxígeno desde nuestro compromiso particular.

- Hablemos un poco de ti ¿Qué supone para ti ser cofrade?

Ser cofrade supone sencillamente ser lo que soy. Es un estilo de vida. Una forma de estar en el mundo. Una manera de vivir el Evangelio y de caminar en la Iglesia.

- ¿Un olor?

Incienso y azahar.

- ¿Un color?

El azul del cielo la mañana del Domingo de Ramos.

- ¿Un momento cofrade?

Un momento cofrade, en lo personal, el paso del Santo Entierro por la calle Montiel y Paseo del Mercao. Un momento semanasantero, la salida de Jesús.

- ¿Un recuerdo?

Dos recuerdos. Mi primera salida como costalero del Cristo Yacente. Mi primer vía crucis desde SAFA con el Cristo de la Noche Oscura.

- Si quieres añadir algo más, este es el momento.

Creo que hay suficiente material para aburrir a los lectores, Antonio (risas). No me extiendo más para no cansar al personal. Muchas gracias por esta exhaustiva e interesante entrevista. He disfrutado compartiendo contigo mis recuerdos y pensamientos. Que los lectores puedan disfrutarla también.

Pues ya hemos acabado. Te deseo lo mejor, que disfrutes de tu pregón y que en todo momento estés acompañado de Jesús y de su Santa Madre.

Por Antonio Barrionuevo

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